La Comisión Europea urgió hoy a los países de la Unión Europea a acelerar su adaptación ante las amenazas del cambio climático porque supone “una cuestión de supervivencia económica”, y advirtió sobre la posibilidad de que la escasez de agua desate “conflictos” en territorio comunitario. El impacto climático seguirá empeorando. Es inevitable y puede resultar
La Comisión Europea urgió hoy a los países de la Unión Europea a acelerar su adaptación ante las amenazas del cambio climático porque supone “una cuestión de supervivencia económica”, y advirtió sobre la posibilidad de que la escasez de agua desate “conflictos” en territorio comunitario.
El impacto climático seguirá empeorando. Es inevitable y puede resultar abrumador. Sí, las consecuencias del cambio climático son hasta cierto punto inevitables. Pero pueden y deben gestionarse mejor”, dijo en rueda de prensa en el Parlamento Europeo el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, tras la reunión del Colegio de Comisarios.
El análisis presentado por el Ejecutivo comunitario se apoya en una evaluación de riesgos climáticos expuesta la víspera por la Agencia Europea del Medioambiente en la que ese organismo de la Unión Europea pedía medidas “urgentes” y “contundentes” al considerar que las políticas actuales son insuficientes.
La “comunicación” de la Comisión no contiene medidas legislativas, sino que indica el “sentido de la marcha” de la acción política, en palabras del comisario.
Bruselas llama a los Estados miembros a reforzar la gobernanza y la coordinación, analizar mejor las interconexiones entre los distintos riesgos, adecuar la planificación de infraestructuras y mejorar la financiación público y privada y, en general, desarrollar una gestión “proactiva” de adaptación a la crisis climática.
“La resiliencia climática es cuestión (…) de competitividad para las economías y las empresas y, por tanto, para el empleo” y la adecuada gestión de los riegos climáticos es “una condición necesaria para mejorar los niveles de vida” y una “cuestión de supervivencia económica de las zonas rurales y costeras, agricultores, silvicultores y pescadores”, resume Bruselas.
Agua
El análisis del Ejecutivo europeo dedica un epígrafe al agua, un recurso vital “que ya está bajo presión en muchas partes de Europa debido a una gestión estructural deficiente, un uso insostenible del suelo, cambios hidromorfológicos y contaminación”.
Las inundaciones, crecidas, oleajes ciclónicos, sequías o incendios forestales graves, que ya “se están convirtiendo en una amenaza para la salud y una causa recurrente de pérdidas sociales, ambientales y económicas”, se irán ampliando y harán que haya “partes más grandes de Europa afectadas por el estrés hídrico, así como un creciente riesgo de megasequías”.
Estos riesgos pueden desembocar en “una mayor competencia por los recursos hídricos entre sectores y usos, incluido el riesgo potencial de conflictos dentro y entre los Estados miembros sobre recursos hídricos transfronterizos”, advierte Bruselas, que estima que las sequías le cuestan a la UE 9 mil millones de euros al año y las inundaciones han supuesto “más de 170 mil millones de euros en total desde 1980”.
El Ejecutivo llama a restaurar el ciclo del agua y fomentar la “capacidad colectiva” para gestionarla y utilizarla “de manera más ágil, dadas las rápidas y parcialmente impredecibles evoluciones geopolíticas, económicas, sociales y ambientales”.
“El agua debe ser gestionada, y la demanda humana debe ajustarse a la nueva y más escasa oferta”, lanza Bruselas, que avanza que evaluará los planes de los Estados miembros sobre gestión hidrográfica, de riesgos de inundaciones y protección marina para estudiar “la necesidad de tomar medidas”.
“La resiliencia climática es cuestión (…) de competitividad para las economías y las empresas y, por tanto, para el empleo” y la adecuada gestión de los riegos climáticos es “una condición necesaria para mejorar los niveles de vida” y una “cuestión de supervivencia económica de las zonas rurales y costeras, agricultores, silvicultores y pescadores”, resume Bruselas.
Agua
El análisis del Ejecutivo europeo dedica un epígrafe al agua, un recurso vital “que ya está bajo presión en muchas partes de Europa debido a una gestión estructural deficiente, un uso insostenible del suelo, cambios hidromorfológicos y contaminación”.
Las inundaciones, crecidas, oleajes ciclónicos, sequías o incendios forestales graves, que ya “se están convirtiendo en una amenaza para la salud y una causa recurrente de pérdidas sociales, ambientales y económicas”, se irán ampliando y harán que haya “partes más grandes de Europa afectadas por el estrés hídrico, así como un creciente riesgo de megasequías”.
Estos riesgos pueden desembocar en “una mayor competencia por los recursos hídricos entre sectores y usos, incluido el riesgo potencial de conflictos dentro y entre los Estados miembros sobre recursos hídricos transfronterizos”, advierte Bruselas, que estima que las sequías le cuestan a la UE 9 mil millones de euros al año y las inundaciones han supuesto “más de 170 mil millones de euros en total desde 1980”.
El Ejecutivo llama a restaurar el ciclo del agua y fomentar la “capacidad colectiva” para gestionarla y utilizarla “de manera más ágil, dadas las rápidas y parcialmente impredecibles evoluciones geopolíticas, económicas, sociales y ambientales”.
“El agua debe ser gestionada, y la demanda humana debe ajustarse a la nueva y más escasa oferta”, lanza Bruselas, que avanza que evaluará los planes de los Estados miembros sobre gestión hidrográfica, de riesgos de inundaciones y protección marina para estudiar “la necesidad de tomar medidas”.
Alimentos
“El suministro de alimentos en la UE está cada vez más expuesto a los riesgos climáticos, desde la producción agrícola, especialmente en el sur de Europa, la pesca y la acuicultura, hasta el procesamiento de alimentos y las cadenas de suministro internacionales”, señala la Comisión en un análisis en el que los países del sur de la UE están más amenazados que los del norte.
El Ejecutivo precisa que los riesgos asociados a la producción de alimentos se relacionan principalmente con “inundaciones, olas de calor, sequías, crecientes presiones de plagas y enfermedades, así como por la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y los cambios en la migración de los peces”.
El cambio climático afecta a “la disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad” a corto, medio y largo plazo, avisa.
Bruselas aboga por implementar “medidas de apoyo adecuadas para la transición hacia una agricultura y pesca resilientes” que garanticen que los alimentos sigan siendo “asequibles y accesibles” y generen “ingresos sostenibles para los agricultores”.
Con información de EFE