La industria mexicana inició el año de manera tímida al crecer solamente 0.4% en enero pasado, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). A su interior, la industria de la construcción registró un aumento del 2.2% mensual, luego de “enfriarse” entre noviembre y diciembre, especialmente la edificación, mientras que la obra civil sumó
La industria mexicana inició el año de manera tímida al crecer solamente 0.4% en enero pasado, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
A su interior, la industria de la construcción registró un aumento del 2.2% mensual, luego de “enfriarse” entre noviembre y diciembre, especialmente la edificación, mientras que la obra civil sumó su cuarta expansión mensual al hilo, “este tipo de obra tuvo un extraordinario 2023 debido al esfuerzo del Gobierno Federal para concluir sus proyectos insignia”, señaló el análisis del banco Ve por Más.
Por otra parte, la manufactura avanzó marginalmente con una tasa de 0.2% después de debilitarse en el cuarto trimestre del 2023, no obstante que las exportaciones manufactureras y la actividad industrial en Estados Unidos se deterioraron en el mes.
En concreto, señaló el análisis, destacó el repunte en equipo de transporte.
Por su parte, la minería descendió 0.4%, al tiempo que la extracción de petróleo y gas volvió a exhibir fragilidad, con la plataforma petrolera bajando a mil 549 millones de barriles diarios.
Por otra parte, la generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, suministro de agua y de gas natural por ductos al consumidor final experimentó su quinto retroceso consecutivo a tasa mensual, manteniéndose como la única rama debajo de niveles prepandémicos. En enero se redujo 0.8 por ciento.
“En la primera parte de 2024, estimamos que la inversión fija bruta y el consumo crezcan a un menor ritmo, y que las exportaciones sigan mostrando cierta atonía, lo que supondría una desaceleración en la producción industrial en México”, señaló el análisis.
Más adelante en el año, agregó, prevemos que se vaya moderando la confianza, la inversión y el consumo, un entorno de altas tasas de interés reales, desaceleración económica e incertidumbre por los procesos electorales en México y Estados Unidos.
En un horizonte mayor, señaló, asumimos que el proceso de relocalización de las cadenas de suministro resulte en un incremento sostenido en la participación de México en el mercado estadounidense, detonando la inversión, las exportaciones y el crecimiento industrial en el país.