Un tribunal británico dictaminó este jueves que el informático australiano Craig Wright, que reivindica la invención del bitcoin, no es su creador, al término de un proceso por una denuncia que le acusa de ser un impostor. Hay pruebas “abrumadoras” indican que Wright “no es la persona que creó el sistema bitcoin”, ni “el autor
Un tribunal británico dictaminó este jueves que el informático australiano Craig Wright, que reivindica la invención del bitcoin, no es su creador, al término de un proceso por una denuncia que le acusa de ser un impostor.
Hay pruebas “abrumadoras” indican que Wright “no es la persona que creó el sistema bitcoin”, ni “el autor de las versiones iniciales del programa bitcoin”, declaró el juez James Mellor, al final del juicio, agregando que daría próximamente más información sobre el fallo.
El informático de 53 años “no es el autor del ‘libro blanco’ del bitcoin”, un texto que detalla los principios fundacionales de esta criptomoneda, ni es la persona que actuó “bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto [el enigmático programador conocido por ser el padre del bitcoin] durante el período entre 2008 y 2011”, agregó el juez.
Durante casi un mes y medio, el Tribunal Superior de Justicia británico examinó las declaraciones de Wright, a quien sus detractores llaman Faketoshi (el “falso Satoshi”) y que reivindica los derechos de autor de este “libro blanco” fundacional, así como del código de esta criptomoneda.
“Wright no consiguió presentar ni un solo documento verificable y fiable para apoyar” estas afirmaciones, dijo el martes Jonathan Hough, el abogado de Crypto Open Patent Alliance (COPA), una organización sin fines de lucro creada para mantener la tecnología de criptomonedas libre de patentes.
Esta organización reúne a pesos pesados de este sector, como la plataforma Coinbase y la empresa Block, especializada en pagos digitales.
Tras el fallo, COPA pedirá a la fiscalía británica que contemple acciones penales por “perjurio y obstrucción a la justicia”, afirmó la asociación en sus alegatos finales por escrito, a los que tuvo acceso la Afp.